1 Tesalonicenses 2:3

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Nuestro mensaje es la verdad, no es un error. No lo anunciamos con malas intenciones, ni queremos engañar a nadie.

Referencias Cruzadas

2 Corintios 4:2

No hacemos nada a escondidas, y por eso no sentimos vergüenza de nada. Anunciamos el mensaje de Dios sin cambiarlo en nada y a nadie engañamos. Al contrario, predicamos la verdad con claridad, y por eso la gente confía en nosotros. Dios es testigo de todo esto.

2 Corintios 2:17

A diferencia de muchos, nosotros no somos de los que ven el anuncio del mensaje de Dios como un negocio. Más bien, hablamos con honestidad, con la autoridad que Cristo nos da. Dios es testigo, porque él nos envió a anunciar el mensaje.

1 Tesalonicenses 4:7

Dios no nos llamó a vivir haciendo lo malo, sino a vivir con santidad.

2 Corintios 7:2

Hagan lugar para nosotros en su corazón. A nadie hemos herido, a nadie hemos aconsejado mal, de nadie nos hemos aprovechado.

2 Corintios 4:5

Nosotros no hablamos de nosotros mismos, sino de Jesucristo, y lo presentamos como el Señor. Somos tan solo servidores de ustedes porque obedecemos a Jesús.

2 Pedro 1:16

Nosotros somos testigos de la grandeza de nuestro Señor Jesucristo, pues lo vimos con nuestros propios ojos. Por eso, cuando les enseñamos acerca de su poderosa venida, no lo hicimos inventando cuentos falsos.

2 Tesalonicenses 2:11

Por eso Dios le da poder al hombre malvado para engañarlos y que crean en la mentira.

1 Tesalonicenses 2:11

Saben también que a cada uno de ustedes los hemos tratado como trata un padre a sus propios hijos.

2 Corintios 11:13

Esos hombres son falsos, los engañan diciendo que son apóstoles de Cristo, son unos estafadores.

Hechos 4:36

Había un levita llamado José, nacido en Chipre, al que los apóstoles llamaban Bernabé, que significa: «El que trae consuelo».

Hechos 13:15

Al terminar la lectura de la Ley y los Profetas, los jefes de la sinagoga mandaron a decirles: «Amigos, si tienen algún mensaje de aliento para el pueblo, hablen».

2 Corintios 6:8

A veces nos tratan con respeto y otras veces nos ofenden. Algunos hablan bien de nosotros y otros hablan mal. Somos sinceros, pero nos dicen mentirosos.