Por eso, prepárense para actuar con inteligencia. Tengan dominio propio. Pongan su confianza completamente en la salvación que se les dará cuando regrese Jesucristo.
Ese amor nos enseña a rechazar el pecado y a no desear la maldad de este mundo. Así podremos vivir en este mundo con dominio propio, justicia y amor a Dios.
Por eso, ¡alégrense, cielos! ¡Alégrense los que allí viven! Pero ¡ay de la tierra y del mar! El diablo ha bajado con furia hasta ustedes, porque sabe que le queda poco tiempo».
Ustedes son de su padre, el diablo, cuyos deseos quieren cumplir. Desde el principio este ha sido un asesino. Nunca dice la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, expresa su propia naturaleza, porque es un mentiroso. ¡Es el padre de la mentira!
Así fue expulsado del cielo el gran dragón, es decir, esa serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, y que engaña al mundo entero. El dragón y sus ángeles fueron lanzados a la tierra.
El diablo, que los había engañado, será echado al lago de fuego y azufre. Allí también están la bestia y el falso profeta. Ahí los harán sufrir para siempre, de día y de noche.
»Tengan cuidado, no sea que se les endurezca el corazón por el vicio, la borrachera y las preocupaciones de esta vida. Si no tienen cuidado, aquel día caerá de repente sobre ustedes.
Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que por medio de mí se anunciara el mensaje y lo oyeran todos los que no creen en Dios. El Señor me salvó, como quien es librado de la boca de un león.
A los ancianos, enséñales que sean serios, respetables y que piensen bien las cosas. Que tengan una fe sincera, que amen a los demás y tengan paciencia.
En cuanto a las mujeres, quiero que ellas se vistan decentemente y con sencillez. Que no lo hagan para impresionar, con peinados exagerados, con oro, perlas y vestidos costosos.
Así que el líder debe ser alguien a quien no se le pueda acusar de nada malo. Que sea esposo de una sola mujer, que controle sus deseos, que piense bien las cosas, respetado por todos, buen hospedador y capaz de enseñar.
Algunos son como lo sembrado junto al camino, donde se siembra la palabra. Tan pronto como la oyen, viene Satanás y les quita la palabra sembrada en ellos.
Luego oí en el cielo una fuerte voz que decía: «Nuestro Dios ha mostrado su poder para salvarnos, y su reino ha llegado. Cristo, su elegido, ha llegado con autoridad. Porque ha sido expulsado el acusador de nuestros hermanos en la fe. Este los acusaba día y noche delante de nuestro Dios.