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Referencias Cruzadas

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1 Pedro 5:2

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

cuiden a la gente que Dios ha puesto bajo su cuidado. Cuídenla como el pastor cuida de su rebaño de ovejas. No lo hagan por obligación ni por dinero, sino con deseo de servir, como a Dios le agrada.

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41 Referencias Cruzadas  

El líder tiene la responsabilidad de cuidar el trabajo que Dios ha asignado a todos, y por eso debe ser alguien a quien nadie pueda acusar de nada malo. No debe ser orgulloso, ni enojarse con facilidad, ni borracho, ni violento, ni desear ganar dinero con engaños.

Los diáconos, igualmente, deben ser personas que todos respeten, sinceros, no amigos del mucho vino ni deseosos de ganar dinero con engaños.

Recuérdales a todos que deben mostrarse obedientes y respetuosos ante los gobernantes y las autoridades. Siempre deben estar dispuestos a hacer lo bueno.

No debe ser borracho, ni amigo del dinero, ni violento, sino amable y lleno de paz.

¿Qué soldado presta servicio militar pagándose sus propios gastos? ¿Qué agricultor planta un viñedo y no come de sus uvas? ¿Qué pastor cuida un rebaño y no toma de la leche que ordeña?

Dominados por el deseo de siempre tener más, estos maestros los engañarán para sacarles dinero. Desde hace mucho tiempo su castigo está preparado y los espera su destrucción.

Asegúrense de que nadie deje de alcanzar el amor inmerecido de Dios. No causen dificultades a nadie, no sean como una raíz amarga que envenena a muchos.

A esos hay que taparles la boca, ya que están arruinando familias enteras al enseñar lo que no se debe. Hacen esto para obtener ganancias por medio del engaño.

»No tengan miedo, mi rebaño pequeño, porque es la buena voluntad del Padre darles el reino.

Sin embargo, no he querido hacer nada sin tu aprobación, para que tu favor no sea por obligación, sino voluntario.

Él se entregó a la muerte por nosotros, para rescatarnos de toda maldad y limpiarnos de pecado y tener así un pueblo elegido, dedicado a hacer el bien.

Por eso, mi gran deseo es ir a predicarles el mensaje de la buena noticia también a ustedes, que están en Roma.

―¿Por qué lloran? ¡Me parten el corazón! —respondió Pablo—. Por el nombre del Señor Jesús estoy dispuesto no solo a ser atado, sino también a morir en Jerusalén.

Sé que después de mi partida entrarán en medio de ustedes otras personas que, como lobos feroces, buscarán acabar con el rebaño.




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