Si alguno recibe un maltrato de otra persona, asegúrese de que no busque venganza. Más bien, esfuércense siempre por hacer el bien, no solo entre ustedes, sino a todos.
Querido Gayo, hermano en la fe, no sigas el ejemplo de los que hacen lo malo, sino el ejemplo de los que hacen lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; el que hace lo malo no ha visto a Dios.
Además, que sea reconocida por sus buenas obras, tales como criar hijos, practicar la hospitalidad y lavar los pies de los creyentes. Que sea de las que ayudan a los que sufren y que aproveche toda oportunidad para hacer el bien.
Hagan el esfuerzo de tener esta clase de amor, y deseen con pasión los dones que da el Espíritu Santo; pero sobre todo pidan la capacidad de comunicar mensajes de Dios.
Los gobernantes no están para causar terror a los que hacen lo bueno, sino a los que hacen lo malo. ¿Quieres librarte del miedo a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás su aprobación,
Él se entregó a la muerte por nosotros, para rescatarnos de toda maldad y limpiarnos de pecado y tener así un pueblo elegido, dedicado a hacer el bien.