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Referencias Cruzadas

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1 Pedro 1:1

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Los saluda Pedro, apóstol de Jesucristo. Dirijo esta carta a ustedes, los elegidos, que viven como extranjeros en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia.

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34 Referencias Cruzadas  

Los saluda Santiago, servidor de Dios y del Señor Jesucristo. Les dirijo esta carta a las doce tribus que están esparcidas por el mundo.

Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas. Pero, por la fe, las vieron y saludaron de lejos. Reconocieron que aquí en la tierra estaban de paso, como si fueran extranjeros y peregrinos.

Por lo tanto, ustedes los no judíos ya no son extraños para Dios. No son extranjeros, sino que son parte de su pueblo. Son miembros de la familia de Dios, con los mismos derechos que los demás.

Los que habían huido a otras regiones predicaban el mensaje de la buena noticia por dondequiera que iban.

Pero no solo moriría por esa nación, sino que también reuniría a todos los hijos de Dios dispersos en el mundo.

Si no se acortaran esos días, nadie sobreviviría; pero, por causa de los elegidos, se acortarán.

Queridos hermanos en la fe, en este mundo ustedes viven como extranjeros, pues solo están de paso. Por eso les ruego que abandonen todo deseo de pecar. Recuerden que el pecado es enemigo de su alma.

Los saluda Simón Pedro, servidor y apóstol de Jesucristo. Dirijo esta carta a los que han confiado en Cristo de manera tan preciosa como lo hemos hecho nosotros. Esa confianza nos la ha dado nuestro Dios y Salvador Jesucristo, quien ha demostrado ser justo.

Recuerden que ustedes estaban separados de Cristo, no eran parte del pueblo de Israel. Tampoco les fueron dados los pactos y la promesa. En este mundo ustedes vivían sin esperanza y sin Dios.

Hermanos en la fe, queremos que conozcan las dificultades que sufrimos en la provincia de Asia. Estábamos sufriendo tanto que pensamos que no íbamos a resistir y perderíamos la vida.

Allí se encontró con un judío llamado Aquila, natural del Ponto, y con su esposa Priscila. Hacía poco habían llegado de Italia, porque Claudio había mandado que todos los judíos fueran expulsados de Roma. Pablo fue a visitarlos

y me decía: «Escribe en un libro lo que veas y envíalo a las siete iglesias: a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardis, a Filadelfia y a Laodicea».

Ya sabes que todos los de la provincia de Asia me han abandonado, incluso Figelo y Hermógenes.

Reciban también saludos de parte de todos los hermanos en la fe que están conmigo. Esta carta va dirigida a las iglesias que están en la región de Galacia.

Las iglesias de la provincia de Asia les mandan saludos. Aquila y Priscila, junto con la iglesia que se reúne en la casa de ellos, los saludan cordialmente en el nombre del Señor.

Así lo hizo durante dos años, de modo que todos los judíos y los griegos que vivían en la provincia de Asia llegaron a escuchar el mensaje del Señor.

Después de pasar algún tiempo allí, Pablo se fue a visitar una por una las congregaciones de Galacia y Frigia, animando a todos los discípulos.

Con él se pusieron a discutir unos hombres de la sinagoga llamada de los Libertos. Entre ellos había judíos de Cirene y de Alejandría, de Cilicia y de la provincia de Asia.

«¿Y este a dónde piensa irse que no podamos encontrarlo? —comentaban entre sí los judíos—. ¿Será que piensa ir a nuestra gente dispersa entre las naciones, para enseñar a los griegos?

Estos son los nombres de los doce apóstoles: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; también Santiago y su hermano Juan, que eran hijos de Zebedeo;

Mientras caminaba junto al lago de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: uno era Simón, llamado Pedro, y el otro, Andrés. Estaban echando la red al lago, pues eran pescadores.

¿Acaso Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará mucho en responderles?




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