Y ahora, hermanos en la fe, les ruego que nos amemos los unos a los otros. Y no es que les esté escribiendo un mandamiento nuevo. En realidad, es el mandamiento que hemos recibido desde el principio.
Ustedes han aceptado el verdadero mensaje de Dios, y por eso él los ha limpiado de pecado. Ahora aman con amor sincero a sus hermanos en la fe. Así que ámense de todo corazón los unos a los otros.