Entre los débiles en la fe vivo como ellos, para que estos crean. Me hice todo para todos, para salvar a algunos por todos los medios posibles.
Hagan como yo, que procuro agradar a todos en todo. No busco mi propio bien, sino el de los demás, para que sean salvos.
Aunque no soy esclavo de nadie, sino libre, me he hecho esclavo de todos para que la mayor cantidad posible crea en Cristo.
Los fuertes en la fe debemos apoyar a los débiles, en vez de hacer lo que nos agrada.
Quisiera ver si de algún modo despierto los celos de mi propio pueblo, para así salvar a algunos de ellos.
Hermanos en la fe, si sorprenden a alguien pecando, ustedes que son espirituales deben corregirlo con una actitud humilde. Pero tengan cuidado, porque ustedes también pueden ser tentados a pecar.
Por lo tanto, si lo que como ocasiona la caída de mi hermano en la fe, no comeré carne jamás, para no hacerlo caer en pecado.
¿Cómo sabes tú, mujer, si acaso salvarás a tu esposo? ¿O cómo sabes tú, hombre, si acaso salvarás a tu esposa?
Cuando alguien se siente débil, ¿no comparto yo su debilidad? ¿Acaso no ardo de enojo cuando se hace pecar a otro?
Reciban a los cristianos débiles, pero no para entrar en discusiones.
Algunos cristianos creen que pueden comer de todo, pero hay cristianos débiles que solo comen verduras.
Cada uno debe agradar al otro en aquello que es para su bien y que lo ayudará a fortalecer su fe.
Todo esto lo hago por causa del mensaje de la buena noticia, para ser parte de sus frutos.