Biblia Todo Logo
Referencias Cruzadas

- Anuncios -




1 Corintios 9:12

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Si otros tienen derecho a recibir lo necesario para vivir, ¿no lo tendremos aún más nosotros? Sin embargo, no exigimos este derecho, sino que lo soportamos todo con tal de no poner obstáculos al mensaje de la buena noticia de Cristo.

Ver Capítulo Copiar

23 Referencias Cruzadas  

Algunos buscan la oportunidad para decir con orgullo que son apóstoles como nosotros. Por eso seguiré predicándoles sin recibir dinero a cambio, para que no tengan una excusa.

¿Cuál es, entonces, mi recompensa? Pues que al predicar este mensaje pueda presentarlo gratuitamente, sin hacer valer mi derecho.

Pero no me he aprovechado de ninguno de estos derechos. No escribo de esta manera porque quiera reclamarlos. Prefiero morir a que alguien me quite este motivo de orgullo.

Aunque otros no me reconozcan como apóstol, para ustedes sí lo soy. Pues ustedes mismos son la prueba de que soy un apóstol del Señor.

Aguantan incluso a los que los obligan a servirles, o a los que se aprovechan de ustedes, les quitan lo que tienen, o los tratan con desprecio, o los golpean en la cara.

Por nuestra parte, a nadie le damos un mal ejemplo. No queremos que critiquen nuestro trabajo y así encuentren motivos para dejar de creer.

En realidad, ya es una grave falla el solo hecho de que haya pleitos entre ustedes. ¿No sería mejor soportar la injusticia? ¿No sería mejor dejar que los roben?

Este trabajo es lo que muchas veces me ha impedido ir a visitarlos.

y vio que fabricaban tiendas de campaña. Así que, se quedó a trabajar con ellos, pues él conocía el oficio.

»¡Ay de ustedes, expertos en la Ley!, porque se han adueñado de la llave del conocimiento. Ustedes mismos no han entrado y, a los que intentan hacerlo, les han cerrado el paso».

Así también el Señor ha ordenado que quienes predican el mensaje de la buena noticia reciban de este ministerio lo necesario para vivir.

Sin embargo, cuando predico el mensaje de la buena noticia, no tengo de qué sentirme orgulloso. Pues estoy bajo la obligación de hacerlo, y ¡pobre de mí si no lo hago!

Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

Ahora bien, cuando llegué a Troas para predicar el mensaje de la buena noticia de Cristo, descubrí que el Señor me había dado una gran oportunidad.




Síguenos en:

Anuncios


Anuncios