De igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos con sus esposas. Cada uno debe tratar a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada. Recuerden que a ambos les ha prometido Dios la vida eterna. Si hacen esto, Dios escuchará sus oraciones.
Luego dijo Jesús a sus discípulos: ―Por eso les digo: No se preocupen por su vida, pensando en qué comerán; ni por su cuerpo, pensando con qué se vestirán.
Se preocupa de varias cosas a la vez. La mujer no casada y la joven soltera se preocupan de los asuntos del Señor. Se dedican a servir al Señor con todo su ser. Pero la casada se preocupa de las cosas de este mundo y de cómo agradar a su esposo.