Si conviene que yo también vaya, iremos juntos.
Además, las iglesias lo eligieron para que nos acompañe cuando llevemos la ofrenda. Y lo hacemos para honrar al Señor y demostrar nuestro gran deseo de servir.
Nos rogaron con insistencia que les diéramos el privilegio de tomar parte en esta ayuda para los creyentes.
Por ahora, voy a Jerusalén para llevar un dinero que ayude a los hermanos en la fe.
Luego, cuando llegue, daré cartas de presentación a los que ustedes hayan elegido para enviarlos a Jerusalén con los donativos que hayan recogido.
Después de pasar por Macedonia, pues tengo que atravesar esa región, iré a verlos.