El brillo del sol es diferente al brillo de la luna y otro es el de las estrellas. Cada estrella tiene su propio brillo.
Así mismo, hay cuerpos que habitan en el cielo y cuerpos que habitan en la tierra. Sin embargo, la belleza de los cuerpos que habitan en el cielo es diferente a la de los cuerpos de la tierra.
Así sucederá también con la resurrección de los muertos. El cuerpo que muere se descompone en la tierra, pero resucitará y nunca morirá.
El rey le respondió: “A ti te pongo sobre cinco ciudades”.