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Referencias Cruzadas

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1 Corintios 15:10

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Pero soy apóstol gracias al amor de Dios, aunque no merezco ese amor. Ese amor por mí ha dado resultados, pues he trabajado con más fuerza que los demás apóstoles. Sin embargo, reconozco que no soy yo quien lo ha logrado. Ha sido obra de Dios, quien me ha amado sin yo merecerlo.

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25 Referencias Cruzadas  

Todo lo puedo soportar por medio de Cristo que me fortalece.

No es que nos consideremos capaces de hacerlo por nosotros mismos. Nuestra capacidad viene de Dios.

Pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad.

El mismo Dios que capacitó a Pedro como apóstol de los judíos me capacitó también a mí como apóstol de los no judíos.

Yo sé que no lo merezco, pero Dios me ha dado autoridad para decirles lo siguiente: Nadie piense que es mejor o superior a otro. Más bien piensen que lo que ustedes son, lo son gracias a la medida de fe que Dios les ha dado.

Me he portado como un loco, pero ustedes me han obligado a ello. Ustedes debían hablar bien de mí, pues de ningún modo soy inferior a los tales «superapóstoles», aunque yo no soy nada.

Nosotros, ayudantes de Dios, les rogamos que sepan apreciar su inmerecido amor.

¿Quién te hace más importante que los demás? ¿Qué tienes que no hayas recibido? Y, si lo recibiste, ¿por qué te sientes orgulloso, como si no te lo hubieran dado?

Por medio de este mensaje son salvos, si siguen confiando en lo que les prediqué. Pero, si no es ese el mensaje que aceptaron, de nada les servirá haber creído.

Por lo tanto, pregunto: ¿Acaso rechazó Dios a su pueblo? ¡De ninguna manera! Yo mismo soy israelita, descendiente de Abraham, de la tribu de Benjamín.

Ustedes no tendrán que hablar, pues el Espíritu de su Padre hablará por medio de ustedes.

Anunciarles el mensaje de Cristo fue como sembrar una semilla en ustedes. Luego vino Apolos y les dio enseñanza para aumentar su fe, como si echara agua a la semilla que yo sembré. Pero Dios ha sido quien los ha hecho a ustedes crecer en la fe.

Aunque yo no lo merecía, Dios me dio el trabajo de maestro constructor. Así que mi enseñanza fue como el fundamento, y otro vino a construir sobre él. Pero cada uno tenga cuidado de cómo construye la fe de los demás.

En fin, ya sea que se trate de mí o de ellos, esto es lo que predicamos, y esto es lo que ustedes han creído.

Hermanos en la fe, les pedimos que traten bien a los que trabajan arduamente entre ustedes y los guían y aconsejan para que confíen en el Señor.

En efecto, si trabajamos y nos esforzamos es porque hemos puesto nuestra confianza en que el Dios viviente cumplirá sus promesas. Él es el Salvador de todos, especialmente de los que creen.

El que había recibido las cinco mil fue en seguida y negoció con ellas y ganó otras cinco mil.




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