Se parecen a niños sentados en la plaza que se gritan unos a otros: »“Tocamos la flauta, y ustedes no bailaron. Entonamos un canto fúnebre, y ustedes no lloraron”.
Hermanos en la fe, si ahora fuera a visitarlos y les hablara en lenguas extrañas, ¿de qué les serviría? Solo serviría si les revelara algo de parte de Dios, o si les diera algún conocimiento, mensaje o enseñanza.