Si no lo reconoce así, no le presten atención.
»No den lo sagrado a los perros, no sea que se vuelvan contra ustedes y los despedacen; ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen.
Déjenlos; son guías ciegos. Y, si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en un hoyo.
Si alguno se cree profeta o espiritual, entienda que esto que les escribo es una orden del Señor.
Así que, hermanos en la fe, deseen el don de comunicar mensajes de parte de Dios y no prohíban que se hable en lenguas extrañas.