¿A qué conclusión llegamos, hermanos en la fe? Que, cuando se reúnan, uno de ustedes puede cantar y otro dar una enseñanza. Otro comunicará lo que Dios le haya mostrado, otro hablará en lenguas extrañas y otro traducirá lo que se dijo. Todo esto debe hacerse para que la iglesia tenga una fe firme.
A otros les da poder para hacer milagros; a otros, capacidad para comunicar mensajes de Dios. A otros, les da la capacidad para distinguir un espíritu malo de uno bueno. A otros, les da el don de hablar en diferentes lenguas; y a otros, la capacidad de entender lo que se dice en esas lenguas.
Pues el que habla en una lengua que nadie más conoce no habla a los demás, sino a Dios. En realidad, nadie entiende lo que dice, pues por medio del Espíritu habla misterios.
Yo quisiera que todos ustedes hablaran en lenguas, pero mucho más que comunicaran mensajes de parte de Dios. Comunicar esos mensajes es mejor que hablar en lenguas desconocidas, a menos que alguien traduzca, para que la iglesia siga firme en su fe.