En la iglesia Dios ha puesto, en primer lugar, apóstoles; en segundo lugar, profetas; en tercer lugar, maestros. Luego ha puesto los que hacen milagros; después los que tienen dones para sanar enfermos, los que ayudan a otros, los que administran y los que hablan en diferentes lenguas.
Dios también nos confirmó su validez por medio de hechos asombrosos, maravillas, muchos milagros y habilidades dadas por el Espíritu Santo según su voluntad.
En realidad, preferiría que todos se quedaran solteros, como yo. Sin embargo, Dios no les da a todos esa capacidad. A todos nos ha dado capacidades distintas. A una persona le da esta y a otra, una distinta.