Y, si la oreja dijera: «Como no soy ojo, no soy del cuerpo», no por eso dejaría de ser parte del cuerpo.
Yo sé que no lo merezco, pero Dios me ha dado autoridad para decirles lo siguiente: Nadie piense que es mejor o superior a otro. Más bien piensen que lo que ustedes son, lo son gracias a la medida de fe que Dios les ha dado.
No hagan nada por egoísmo o por orgullo. Más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos.
Al contrario, las partes del cuerpo que parecen más débiles son necesarias.
Ámense los unos a los otros como hermanos. Trátense entre ustedes con respeto y honor.
Si el pie dijera: «Como no soy mano, no soy del cuerpo», no por eso dejaría de ser parte del cuerpo.
Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿cómo podríamos oír? Si todo el cuerpo fuera oído, ¿cómo podríamos oler?