Por eso hay entre ustedes muchos que están débiles y enfermos, y varios han muerto.
Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto, toma esto en serio y arrepiéntete.
¿Acaso no creemos que Jesús murió y resucitó? Pues Dios, que resucitó a Jesús, resucitará a los que han muerto confiando en él.
Fíjense bien, les voy a contar algo que Dios tenía en secreto: No todos moriremos, pero todos seremos transformados.
Pero, si el Señor nos disciplina, lo hace para que no seamos castigados con el mundo.
»Lo cierto es que David murió después de servir a su propia gente. Así lo había planeado Dios. Y fue enterrado con sus antepasados, y su cuerpo sufrió la descomposición.
Luego cayó de rodillas y gritó: ―¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado! Cuando hubo dicho esto, murió.
Pues el que come y bebe sin respetar que se trata del cuerpo del Señor será castigado por Dios.
Si pusiéramos más cuidado a lo que estamos haciendo, no se nos castigaría.