No dejemos de reunirnos, como acostumbran hacerlo algunos. Al contrario, animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que se acerca el día del regreso del Señor.
Así que, si toda la iglesia se reúne y todos hablan en lenguas extrañas, y entran algunos que no entienden o no creen, ¿no dirán que ustedes están locos?
¿Acaso no tienen casas donde comer y beber? ¿O es que no respetan a la iglesia de Dios y quieren avergonzar a los que no tienen nada? ¿Qué les diré? ¿Voy a felicitarlos por esto? ¡Claro que no!
¿A qué conclusión llegamos, hermanos en la fe? Que, cuando se reúnan, uno de ustedes puede cantar y otro dar una enseñanza. Otro comunicará lo que Dios le haya mostrado, otro hablará en lenguas extrañas y otro traducirá lo que se dijo. Todo esto debe hacerse para que la iglesia tenga una fe firme.
Si alguno tiene hambre, que coma en su casa, para que las reuniones de ustedes no hagan enojar a Dios y los castigue. En cuanto a los demás asuntos, ya les diré qué hacer cuando los visite.
Los gobernantes no están para causar terror a los que hacen lo bueno, sino a los que hacen lo malo. ¿Quieres librarte del miedo a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás su aprobación,