A los ricos de este mundo, mándales que no sean orgullosos ni pongan su confianza en las riquezas, que son inseguras. Diles que más bien confíen en Dios, que nos da de todo en abundancia para que lo disfrutemos.
Ahora bien, si alguien les dice: «Esa carne es de un animal que fue ofrecido en sacrificio a los ídolos», entonces no la coman. Es mejor no hacerlo por respeto a esa persona y porque ya saben de dónde viene la carne.