Así que ustedes, queridos hermanos en la fe, ya saben todo esto. Por eso, manténganse alerta, no sea que, arrastrados por el error de esos malvados, pierdan la confianza en Dios y dejen de creer.
Cuídense de que nadie los engañe con ideas y pensamientos que parecen llenos de sabiduría. Son solo enseñanzas humanas que vienen de los poderes de este mundo. No son las enseñanzas de Cristo.