La viuda de un miembro de la comunidad de los profetas suplicó a Eliseo: —Mi esposo, su servidor, ha muerto y usted sabe que él era fiel al Señor. Ahora resulta que el hombre con quien estamos endeudados ha venido para llevarse a mis dos hijos como esclavos.
El hombre se llamaba Elimélec, su esposa se llamaba Noemí y sus dos hijos, Majlón y Quilión; todos ellos eran efrateos, de Belén de Judá. Cuando llegaron a la tierra de Moab, se quedaron a vivir allí.