Así que no dejamos de dar gracias a Dios, porque al oír ustedes la palabra de Dios que predicamos, la aceptaron no como palabra humana, sino como lo que realmente es, palabra de Dios, la cual actúa en ustedes los creyentes.
De esta manera, durante toda la vida, tú, tus hijos y tus nietos temerán al Señor tu Dios, cumpliendo todos los estatutos y mandamientos que te doy; así disfrutarán de larga vida.
Escuchen, mujeres, la palabra del Señor; reciban sus oídos la palabra de su boca. Enseñen a sus hijas a entonar endechas; que unas a otras se enseñen este lamento:
Este mensaje es digno de crédito y merece ser aceptado por todos: que Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.
Honra a tu padre y a tu madre, como el Señor tu Dios te lo ha ordenado, para que disfrutes de una larga vida y te vaya bien en la tierra que te da el Señor tu Dios.
Así, mientras existan los cielos sobre la tierra, ustedes y sus descendientes prolongarán su vida sobre la tierra que el Señor juró dar a sus antepasados.