Contarás con el favor de Dios y tendrás buen nombre entre la gente.
Jesús siguió creciendo en sabiduría y estatura, y cada vez más gozaba del favor de Dios y de la gente.
El que de esta manera sirve a Cristo agrada a Dios y es aprobado por sus semejantes.
Por su parte, el niño Samuel seguía creciendo y ganándose el aprecio del Señor y de la gente.
El principio de la sabiduría es el temor del Señor; buen juicio demuestran quienes cumplen sus preceptos. ¡Su alabanza permanece para siempre!
el Señor estaba con él y no dejó de mostrarle su amor. Hizo que se ganara la confianza del guardia de la cárcel,
alabando a Dios y disfrutando de la estimación general del pueblo. Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos.
Y Dios había hecho que se ganara el afecto y la simpatía del oficial en jefe.
porque procuramos hacer lo correcto, no solo delante del Señor, sino también delante de los demás.
En verdad, quien me encuentra halla la vida y recibe el favor del Señor.
El hombre bueno recibe el favor del Señor, pero el intrigante recibe su condena.
El buen juicio redunda en aprecio, pero el camino del infiel lo lleva a su destrucción.
El Señor bendijo a Ana, de manera que ella concibió y dio a luz tres hijos y dos hijas. Durante ese tiempo, Samuel crecía en la presencia del Señor.