Enviar un mensaje por medio de un necio es como cortarse los pies o sufrir violencia.
Como frescura de nieve en día de la cosecha es el enviado confiable para quien lo envía, pues infunde nuevo ánimo en sus amos.
Como vinagre a los dientes y humo a los ojos es el perezoso para quienes lo emplean.
El mensajero malvado se mete en problemas; el enviado confiable trae sanidad.
Pero los que habían ido con él respondieron: —No podremos combatir contra esa gente. ¡Son más fuertes que nosotros!
Respóndele al necio como se merece, para que no se tenga por sabio.
Inútil es el proverbio en la boca del necio como inútiles son las piernas de un tullido.