Al dedicarme al conocimiento de la sabiduría y a la observación de todo cuanto se hace en la tierra, sin poder conciliar el sueño ni de día ni de noche,
Volví entonces mi atención hacia el conocimiento para investigar e indagar acerca de la sabiduría y la razón de las cosas; entonces me di cuenta de la insensatez de la maldad y la locura de la necedad.
Estos eran de sentimientos más nobles que los de Tesalónica, de modo que estuvieron muy dispuestos a recibir el mensaje y todos los días examinaban las Escrituras para ver si era verdad lo que se les anunciaba.