Proverbios de Salomón: El hijo sabio es la alegría de su padre; el hijo necio es el pesar de su madre.
Proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel:
El que ama la sabiduría alegra a su padre; el que frecuenta rameras pierde su fortuna.
El hijo necio irrita a su padre y causa amargura a su madre.
La vara de la disciplina imparte sabiduría, pero el joven malcriado avergüenza a su madre.
El hijo sabio alegra a su padre; el hijo necio menosprecia a su madre.
Engendrar a un hijo necio es causa de pesar; ser padre de un necio no es ninguna alegría.
El hijo necio es la ruina del padre; la mujer pendenciera es gotera constante.
Además de ser sabio, el Maestro impartió conocimientos a la gente. Ponderó, investigó y ordenó muchísimos proverbios.
¿Y quién sabe si este sería sabio o necio? Sin embargo, se adueñaría de lo que con tanto esmero y sabiduría logré hacer bajo el sol. ¡Y también esto es vanidad!
También estos son otros proverbios de Salomón, copiados por los escribas de Ezequías, rey de Judá.
Compuso tres mil proverbios y mil cinco canciones.
El hijo sabio atiende a la corrección de su padre, pero el insolente no hace caso a la reprensión.
Hijo mío, sé sabio y alegra mi corazón; así podré responder al que me desprecie.
Disciplina a tu hijo, y te traerá tranquilidad; te dará muchas satisfacciones.