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Referencias Cruzadas

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Números 6:26

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

el Señor mueva su rostro hacia ti y te conceda la paz”.

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24 Referencias Cruzadas  

Muchos son los que dicen: «¿Quién puede mostrarnos algún bien?». ¡Haz, Señor, que sobre nosotros brille la luz de tu rostro!

Que el Señor de paz les conceda su paz siempre y en todas las circunstancias. El Señor sea con todos ustedes.

El Señor fortalece a su pueblo; el Señor bendice a su pueblo con la paz.

Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.

Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.

Me has dado a conocer los caminos de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia”.

Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía.

El Dios de paz sea con todos ustedes. Amén.

—¡La paz sea con ustedes! —repitió Jesús—. Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.

¿Por qué estás tan abatida, alma mía? ¿Por qué estás tan angustiada? En Dios pondré mi esperanza y lo seguiré alabando. ¡Él es mi salvación y mi Dios!

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.

«Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad».

les haré proclamar esta alabanza: ¡Paz a los que están lejos y paz a los que están cerca! Yo los sanaré», dice el Señor,

Señor, tú estableces la paz en favor nuestro, porque tú eres quien realiza todas nuestras obras.

Dichosos los que saben aclamarte, Señor, y caminan a la luz de tu presencia;

Observa a los que son íntegros y honestos: hay porvenir para quien busca la paz.

Dios envió su mensaje al pueblo de Israel, anunciando las buenas noticias de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos.

Una semana más tarde estaban los discípulos de nuevo en la casa y Tomás estaba con ellos. Aunque las puertas estaban cerradas, Jesús entró y, poniéndose en medio de ellos, los saludó. —¡La paz sea con ustedes!

La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.

¡Él será nuestra paz! Si Asiria llegara a invadir nuestro país para pisotear nuestras fortalezas, le haremos frente con siete pastores y aun con ocho príncipes del pueblo.

Porque no fue su espada la que conquistó la tierra ni fue su brazo el que les dio la victoria: fue tu brazo, tu mano derecha; fue la luz de tu rostro, porque tú los amabas.

Que Dios el Padre y el Señor Jesucristo les concedan paz, amor y fe a los hermanos.

En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.




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