El oro, aunque perecedero, se acrisola al fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele.
Entonces el sacerdote pondrá a la mujer bajo juramento y le dirá: “Si estando bajo la potestad de tu esposo no te has acostado con otro hombre ni te has desviado hacia la impureza, estas aguas amargas de la maldición no te dañarán.
Cuando ella se haya bebido las aguas de la maldición y estas entren en ella para causarle amargura, si fue infiel a su esposo y cometió pecado, se le hinchará el vientre y quedará estéril. Así esa mujer caerá bajo maldición en medio de su pueblo.
»Esta es la ley en cuanto a los celos, cuando se dé el caso de que una mujer, estando bajo la potestad de su esposo, se desvíe del buen camino y se vuelva impura por cometer pecado
Si un hombre se casa con una mujer, pero luego deja de quererla por haber encontrado en ella algo indecoroso, solo podrá despedirla si le entrega un certificado de divorcio.