Números 32:29

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

—Si los gaditas y los rubenitas, armados para la guerra, cruzan el Jordán con ustedes y conquistan el país, como el Señor quiere, ustedes les entregarán como heredad la tierra de Galaad.

Referencias Cruzadas

Números 32:28

Así que Moisés dio las siguientes instrucciones al sacerdote Eleazar y a Josué, hijo de Nun, y a los jefes de las familias patriarcales de las tribus de Israel:

Números 32:30

Pero si no lo cruzan, ellos recibirán su heredad entre ustedes en Canaán.

Josué 13:11

Comprendía, además, Galaad, el territorio de la gente de Guesur y Macá, toda la montaña del Hermón y todo Basán hasta Salcá.

Números 32:17

Sin embargo, tomaremos las armas y marcharemos al frente de los israelitas hasta llevarlos a su lugar. Mientras tanto, nuestros pequeños vivirán en ciudades fortificadas que los protejan de los habitantes del país.

Josué 12:6

Los israelitas bajo el mando de Moisés, siervo del Señor, derrotaron a estos reyes. Y Moisés, siervo del Señor, repartió aquel territorio entre la tribu de Rubén, de Gad y la media tribu de Manasés.

Josué 14:3

Ya este les había dado por herencia la parte oriental del Jordán a las dos tribus y media, pero a los levitas no les dio tierras,

Josué 18:7

Los levitas, como ya saben, no recibirán ninguna porción de tierra, porque su herencia es su servicio sacerdotal ante el Señor. Además, Gad, Rubén y la media tribu de Manasés ya han recibido sus respectivos territorios en el lado oriental del Jordán. Moisés, siervo del Señor, se los entregó como herencia».

Josué 22:9

Entonces los de la tribu de Rubén, de Gad y la media tribu de Manasés salieron de Siló en Canaán, donde estaban congregados todos los israelitas, y regresaron a Galaad, el territorio que habían adquirido conforme a la orden que el Señor había dado por medio de Moisés.

Jueces 10:3

A Tola lo sucedió Yaír de Galaad, quien lideró a Israel durante veintidós años.

1 Samuel 18:17

Un día Saúl dijo a David: —Aquí tienes a Merab, mi hija mayor. Te la entrego por esposa, con la condición de que me sirvas con valentía, peleando las batallas del Señor. Saúl pensaba: «Será mejor que no muera por mi mano, sino a mano de los filisteos».