»Las generaciones futuras deberán ofrecer siempre este holocausto al Señor. Lo harán a la entrada de la Tienda de reunión, donde yo me reuniré contigo y te hablaré
¡Vístanse de duelo y giman, sacerdotes! ¡Laméntense, ministros del altar! ¡Vengan, ministros de mi Dios, y pasen la noche vestidos de luto, porque las ofrendas de cereales y las ofrendas líquidas han sido suspendidas en la casa de su Dios!
Las piedras lisas de los arroyos serán tu herencia; sí, ellas serán tu destino. Ante ellas has derramado ofrendas líquidas y has presentado ofrendas de grano. Ante estas cosas, ¿me quedaré callado?
Las ofrendas líquidas serán las siguientes: Con cada novillo presentarás medio hin de vino; con el carnero, un tercio de hin de vino, y con cada cordero, un cuarto de hin de vino. Este es el holocausto que debes presentar durante todo el año, una vez al mes, en el día de luna nueva.
También presentarán dos décimas partes de un efa de harina refinada mezclada con aceite, como ofrenda de cereal puesta al fuego, de aroma grato al Señor y un cuarto de hin de vino como ofrenda líquida.
Con el primer cordero ofrecerás la décima parte de un efa de harina refinada mezclada con un cuarto de hin de aceite de oliva y un cuarto de hin de vino como ofrenda líquida.
El segundo cordero lo sacrificarás al caer la tarde, junto con una ofrenda de cereales y una ofrenda líquida como las presentadas en la mañana. Es una ofrenda puesta al fuego cuyo aroma es grato al Señor.
Las entrañas y las patas se lavarán con agua, y luego el sacerdote lo quemará todo en el altar. Es un holocausto, una ofrenda puesta al fuego, cuyo aroma es grato al Señor.