Allí Balán le dijo: —Edifícame siete altares en este lugar, y prepárame siete novillos y siete carneros.
Así que llevó a Balán hasta la cumbre del monte Peor, desde donde puede verse el desierto de Jesimón.
Balac hizo lo que Balán pidió y en cada altar ofreció un novillo y un carnero.
Y, como Dios ayudaba a los levitas que transportaban el arca del pacto del Señor, se sacrificaron siete novillos y siete carneros.