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Referencias Cruzadas

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Números 22:38

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

—¡Bueno, ya estoy aquí! —contestó Balán—. Solo que no podré decir nada que Dios no ponga en mi boca.

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16 Referencias Cruzadas  

Muchos son los planes en el corazón de las personas, pero al final prevalecen los designios del Señor.

Pero Balán respondió a los siervos de Balac: —Aun si Balac me diera su palacio lleno de oro y de plata, yo no podría hacer nada grande ni pequeño, sino ajustarme al mandamiento del Señor mi Dios.

Balán respondió: —¿Acaso no te advertí que yo repetiría todo lo que el Señor me ordenara decir?

El Señor se reunió con Balán y puso en boca de este su palabra. Le dijo: «Vuelve adonde está Balac y repite lo que te voy a decir».

»Persiste, entonces, con tus encantamientos y con tus muchas hechicerías, en las que te has ejercitado desde la niñez. Tal vez tengas éxito, tal vez puedas provocar terror.

Yo anuncio el fin desde el principio; desde los tiempos antiguos, lo que está por venir. Yo digo: Mi propósito se cumplirá, y haré todo lo que deseo.

Yo frustro las señales de los falsos profetas y ridiculizo a los adivinos; yo hago retroceder a los sabios y convierto su sabiduría en necedad.

La furia del hombre se vuelve tu alabanza, y los que sobrevivan al castigo te harán fiesta.

El Señor frustra los planes de las naciones; desbarata los designios de los pueblos.

Pero Micaías repuso: —Tan cierto como que el Señor vive, anunciaré al rey lo que mi Dios me diga.

Pero Micaías repuso: —Tan cierto como que el Señor vive, anunciaré al rey lo que el Señor me diga.

“Aun si Balac me diera su palacio lleno de oro y de plata, yo no podría hacer nada bueno ni malo, sino ajustarme al mandamiento del Señor. Lo que el Señor me ordene decir, eso diré”.

Balac dijo a Balán: —¿Acaso no te mandé llamar? ¿Por qué no viniste a mí? ¿Crees que no soy capaz de recompensarte?

De allí se fueron Balán y Balac a Quiriat Jusot.

Balán los invitó a pasar allí la noche, prometiendo comunicarles después lo que el Señor dijera. Y los oficiales se quedaron con él.

El rey le reclamó: —¿Cuántas veces debo hacerte jurar que no me digas nada más que la verdad en el nombre del Señor?




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