El pueblo se acercó entonces a Moisés y dijo: —Hemos pecado al hablar contra el Señor y contra ti. Ruégale al Señor que nos quite esas serpientes. Moisés intercedió por el pueblo,
Entonces el faraón mandó llamar a Moisés y a Aarón y les dijo: —Ruéguenle al Señor que aleje las ranas de mí y de mi pueblo, y yo dejaré ir al pueblo para que le ofrezca sacrificios.
Entonces el rey dijo al hombre de Dios: —¡Apacigua al Señor tu Dios! ¡Ora por mí, para que se me cure el brazo! El hombre de Dios suplicó al Señor y al rey se le curó el brazo, quedándole como antes.
El faraón respondió: —Voy a dejarlos ir para que ofrezcan sacrificios al Señor su Dios en el desierto, con tal de que no se vayan muy lejos y de que rueguen a Dios por mí.
No obstante, el rey Sedequías envió a Jucal, hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías, hijo de Maseías, a decirle al profeta Jeremías: «Ora por nosotros al Señor nuestro Dios».
Tomen ahora siete novillos y siete carneros, vayan con mi siervo Job y ofrezcan un holocausto por ustedes mismos. Mi siervo Job orará por ustedes, y yo atenderé a su oración y no los haré quedar en vergüenza. Conste que, a diferencia de mi siervo Job, lo que ustedes han dicho de mí no es verdad».
—¡He pecado! —respondió Saúl—. Pero te pido que por ahora me sigas reconociendo ante los jefes de mi pueblo y ante todo Israel. Regresa conmigo para que yo adore al Señor tu Dios.
Al día siguiente, Moisés dijo a los israelitas: «Ustedes han cometido un gran pecado. Pero voy a subir ahora para reunirme con el Señor y tal vez logre yo que Dios perdone su pecado».
Moisés buscó el favor del Señor su Dios y le suplicó: —Señor, ¿por qué ha de encenderse tu ira contra este pueblo tuyo, que sacaste de Egipto con gran poder y con mano poderosa?
Pero ahora devuelve esa mujer a su esposo, pues él es profeta y va a interceder por ti para que vivas. Si no lo haces, debes saber que sin duda morirás junto con todos los tuyos.
Yo les pido que perdonen mi pecado una vez más, y que rueguen por mí al Señor su Dios, para que por lo menos aleje de donde yo estoy esta plaga mortal».