En esa ocasión Israel entonó este cántico: «¡Que brote agua del pozo! ¡Canten en su honor!
¿Está afligido alguno entre ustedes? Que ore. ¿Está alguno de buen ánimo? Que cante alabanzas.
Canten salmos al Señor, porque ha hecho maravillas; que esto se dé a conocer en toda la tierra.
Entonces ellos creyeron en sus promesas y le entonaron alabanzas.
¡Cántenle, entónenle salmos! ¡Hablen de todas sus maravillas!
Aquel día Débora y Barac, hijo de Abinoán, entonaron este canto:
¡Pozo que cavaron los príncipes, y que los nobles del pueblo abrieron con sus cetros y bastones de mando!». Desde el desierto se dirigieron a Mataná;