Desde Cades, Moisés envió emisarios al rey de Edom, con este mensaje: «Así dice tu hermano Israel: Tú conoces bien todas las dificultades que hemos encontrado.
Ellos respondieron: —Nosotros somos sus siervos y hemos venido de un país muy distante, hasta donde ha llegado la fama del Señor su Dios. Nos hemos enterado de todo lo que él hizo en Egipto
Allí Moisés contó a su suegro todo lo que el Señor había hecho al faraón y a los egipcios en favor de Israel, todas las dificultades con que se habían encontrado en el camino, y cómo el Señor los había salvado.
y el Señor le contestó: «Dos naciones hay en tu seno; dos pueblos se dividen desde tus entrañas. Uno será más fuerte que el otro y el mayor servirá al menor».
Volvieron a Cades, en el desierto de Parán, que era donde estaban Moisés, Aarón y toda la comunidad israelita; presentaron a todos ellos un informe y les mostraron los frutos de esa tierra.
Sabes que nuestros antepasados fueron a Egipto, donde durante muchos años vivimos, y que los egipcios nos maltrataron a nosotros y a nuestros antepasados.
y dijo: —Yo sé que el Señor les ha dado esta tierra y por eso un gran terror ante ustedes ha caído sobre nosotros; todos los habitantes del país han perdido el ánimo a causa de ustedes.
Tenemos noticias de cómo el Señor secó las aguas del mar Rojo para que ustedes pasaran, después de haber salido de Egipto. También hemos oído cómo destruyeron completamente a los reyes amorreos, Sijón y Og, al este del Jordán.
Así dice el Señor: «Por tres pecados de Edom y por el cuarto, no anularé su castigo: Porque persiguió a espada a su hermano y mató a las mujeres del país; porque dio rienda suelta a la ira y no dejó de alimentar el enojo.