El rey no deberá adquirir gran cantidad de caballos ni hacer que el pueblo vuelva a Egipto con el pretexto de aumentar su caballería, pues el Señor te ha dicho: «No vuelvas más por ese camino».
Y aunque el Señor te prometió que jamás volverías por el camino de Egipto, te hará volver en barcos. Allá te ofrecerás a tus enemigos como esclavo y no habrá nadie que quiera comprarte.
sino todo un mes, hasta que les salga por las narices y les provoque náuseas. Y esto por haber despreciado al Señor que está en medio de ustedes y por haber llorado, diciendo: ¿Por qué tuvimos que salir de Egipto?”».