Samuel respondió: «¿Qué agrada más al Señor: que se le ofrezcan holocaustos y sacrificios o que se obedezca lo que él dice? El obedecer vale más que el sacrificio, y prestar atención, más que la grasa de carneros.
Los israelitas hicieron todo lo que el Señor mandó a Moisés: acampaban bajo sus propios estandartes y se ponían en marcha, según sus clanes y familias patriarcales.
En cambio, los levitas acamparán alrededor del santuario donde están las tablas del pacto, para evitar que Dios descargue su ira sobre la comunidad de Israel. Serán, pues, los levitas los encargados de cuidar el santuario donde están las tablas del pacto».
Así lo hicieron Moisés, Aarón y toda la comunidad de Israel. Los israelitas hicieron todo lo que el Señor había mandado a Moisés en cuanto a los levitas,
y ellos la celebraron en el desierto de Sinaí, al atardecer del día catorce del mes primero. Los israelitas hicieron todo lo que el Señor había mandado a Moisés.
Aunque la nube reposara sobre el santuario un par de días, un mes o más tiempo, los israelitas se quedaban en el campamento y no partían. Pero cuando se levantaba, se ponían en marcha.