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Referencias Cruzadas

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Mateo 3:7

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Pero al ver que muchos fariseos y saduceos llegaban adonde él estaba bautizando, dijo: «¡Camada de víboras! ¿Quién les advirtió que huyeran del castigo que se acerca?

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49 Referencias Cruzadas  

Camada de víboras, ¿cómo pueden ustedes que son malos decir algo bueno? De la abundancia del corazón habla la boca.

y esperan del cielo a su Hijo Jesús, quien resucitó y nos libra del castigo venidero.

En verdad, la ira de Dios viene revelándose desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los seres humanos, que con su maldad obstruyen la verdad.

»¡Serpientes! ¡Camada de víboras! ¿Cómo escaparán ustedes de la condenación del infierno?

Y ahora que hemos sido justificados por su sangre, ¡con cuánta más razón, por medio de él, seremos salvados del castigo de Dios!

Ese mismo día los saduceos, que dicen que no hay resurrección, se acercaron y le plantearon un problema:

—Presten atención —advirtió Jesús—; cuídense de la levadura de los fariseos y de los saduceos.

Así distinguimos entre los hijos de Dios y los hijos del diablo: el que no practica la justicia no es hijo de Dios, como tampoco lo es el que no ama a su hermano.

Algunos fariseos que estaban con él, al oírlo hablar así, le preguntaron: —¿Qué? ¿Acaso también nosotros somos ciegos?

»¡Huyan de Babilonia! ¡Sálvese quien pueda! No perezcan por causa de su iniquidad. Porque ha llegado la hora de que el Señor tome venganza; ¡él le dará su merecido!

¿A quién hablaré? ¿A quién advertiré? ¿Quién podrá escucharme? Tienen tapados los oídos y no pueden comprender. La palabra del Señor los ofende; no se complacen en ella.

Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe.

Ellos me conocen desde hace mucho tiempo y pueden atestiguar, si quieren, que viví como fariseo, de acuerdo con la secta más estricta de nuestra religión.

Así que estén alerta. Recuerden que día y noche, durante tres años, no he dejado de amonestar con lágrimas a cada uno en particular.

Entonces intervinieron algunos creyentes que pertenecían a la secta de los fariseos y afirmaron: —Es necesario circuncidar a los no judíos y exigirles que obedezcan la Ley de Moisés.

El sumo sacerdote y todos sus partidarios, que pertenecían a la secta de los saduceos, se llenaron de envidia.

Ustedes son de su padre, el diablo, cuyos deseos quieren cumplir. Desde el principio este ha sido un asesino, y no se mantiene en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, expresa su propia naturaleza, porque es un mentiroso. ¡Es el padre de la mentira!

Los que habían sido enviados eran de los fariseos.

El fariseo, puesto en pie y a solas, oraba: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres —ladrones, malhechores, adúlteros— ni como ese recaudador de impuestos.

Oían todo esto los fariseos, a quienes les encantaba el dinero, y se burlaban de Jesús.

Pero los fariseos y los expertos en la Ley no se hicieron bautizar por Juan, rechazando así el propósito de Dios respecto a ellos.

Entonces los saduceos, que dicen que no hay resurrección, fueron a verlo y le plantearon un problema:

Luego enviaron a Jesús algunos de los fariseos y los partidarios del rey Herodes para tenderle una trampa con sus mismas palabras.

—Presten atención —advirtió Jesús—; ¡cuídense de la levadura de los fariseos y de la de Herodes!

Los fariseos se reunieron al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos.

Entonces salieron los fariseos y tramaron cómo tenderle a Jesús una trampa con sus mismas palabras.

Pero al oírlo los fariseos, dijeron: «Este no expulsa a los demonios sino por medio de Beelzebú, príncipe de los demonios».

Porque les digo a ustedes que no van a entrar en el reino de los cielos a menos que su justicia supere la de los fariseos y la de los maestros de la Ley.

Incuban huevos de víboras y tejen telarañas. El que coma de estos huevos morirá; si uno de ellos se rompe, saldrá una culebra.

Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y la de ella; su simiente te aplastará la cabeza, pero tú le herirás el talón».

Lo hizo así para que, mediante la promesa y el juramento, que son dos realidades que nunca cambian y en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un estímulo poderoso los que, buscando refugio, nos aferramos a la esperanza que está delante de nosotros.

Entonces se le acercaron los discípulos y dijeron: —¿Sabes que los fariseos se escandalizaron al oír eso?

Los que abandonan la ley alaban a los malvados; los que la obedecen luchan contra ellos.

Los fariseos y los saduceos se acercaron a Jesús y, para ponerlo a prueba, pidieron que mostrara una señal del cielo.




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