Acudía a él la gente de Jerusalén, de toda Judea y de toda la región del Jordán.
Toda la gente de la región de Judea y de la ciudad de Jerusalén acudía a él. Cuando confesaban sus pecados, él los bautizaba en el río Jordán.
Juan era una lámpara encendida y brillante, y ustedes quisieron disfrutar de su luz por algún tiempo.
También Juan estaba bautizando en Enón, cerca de Salín, porque allí había mucha agua. Así que la gente iba para ser bautizada.
»La Ley y los Profetas se proclamaron hasta Juan. Desde entonces se anuncian las buenas noticias del reino de Dios y todos se esfuerzan por entrar en él.
Muchos acudían a Juan para que los bautizara. —¡Camada de víboras! —dijo—. ¿Quién les advirtió que huyeran del castigo que se acerca?
Lo seguían grandes multitudes de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y de la región al otro lado del Jordán.
Después de que Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, llegaron a Jerusalén unos sabios procedentes del Oriente.
Juan recorría toda la región del Jordán predicando el bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados.