Y nadie que haya bebido vino añejo quiere el nuevo, porque dice: “El añejo es mejor”.
Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa.
Así dice el Señor: «Deténganse en los caminos y miren; pregunten por los senderos antiguos. Pregunten por el buen camino, ¡y sigan por él! Así hallarán el descanso anhelado. Pero ellos dijeron: “¡No lo seguiremos!”.
Si alguien te pone pleito para quitarte la capa, déjale también la camisa.
Más bien, el vino nuevo debe echarse en recipientes de cuero nuevo.
Un sábado, al pasar Jesús por los sembrados, sus discípulos arrancaron unas espigas de trigo, y las frotaban entre las manos para comérselas.