Ellos se alegraron y acordaron darle dinero.
¡Ay de los que siguieron el camino de Caín! Por ganar dinero se entregaron al error de Balán y perecieron en la rebelión de Coré.
Han abandonado el camino recto y se han extraviado para seguir la senda de Balán, hijo de Bosor, a quien le encantaba el salario de la injusticia.
Llevados por la avaricia, estos falsos maestros se aprovecharán de ustedes con palabras engañosas. Desde hace mucho tiempo su condenación está preparada y su destrucción los acecha.
—¡Que tu dinero perezca contigo —contestó Pedro—, porque intentaste comprar el don de Dios con dinero!
(Con el dinero que obtuvo por su crimen, Judas compró un terreno; allí cayó de cabeza, se reventó y se derramaron sus intestinos.
Este fue a los jefes de los sacerdotes y a los capitanes del Templo para tratar con ellos cómo les entregaría a Jesús.
Él aceptó y comenzó a buscar una oportunidad para entregarles a Jesús cuando no hubiera gente.