Cuando sepan de guerras y de revoluciones, no se asusten. Es necesario que eso suceda primero, pero el fin no vendrá enseguida.
Cuando comiencen a suceder estas cosas, cobren ánimo y levanten la cabeza, porque se acerca su redención.
«No digan ustedes que es conspiración todo lo que llama conspiración esta gente; no teman lo que ellos temen ni se dejen asustar.
No temerá recibir malas noticias; su corazón estará firme, confiado en el Señor.
—Tengan cuidado; no se dejen engañar —les advirtió Jesús—. Vendrán muchos que, usando mi nombre, dirán: “Yo soy”, y: “El tiempo está cerca”. No los sigan ustedes.
»Se levantará nación contra nación y reino contra reino —continuó—.