—Yo también voy a hacerles una pregunta a ustedes —respondió él—. Díganme:
Que su conversación sea siempre amena y de buen gusto. Así sabrán cómo responder a cada uno.
y, si les hiciera preguntas, no me contestarían.
—Dinos con qué autoridad haces esto —lo interrogaron—. ¿Quién te dio esa autoridad?
El bautismo de Juan, ¿procedía del cielo o de los hombres?