Se lo llevaron, pues, a Jesús. Luego pusieron sus mantos encima del burrito y ayudaron a Jesús a montarse.
Jesús encontró un burrito y se montó en él, como dice la Escritura:
Llevaron la burra y el burrito y pusieron encima sus mantos, sobre los cuales se sentó Jesús.
Dicho esto, todos se apresuraron a tender sus mantos sobre los escalones, a los pies de Jehú. Luego tocaron la trompeta y gritaron: «¡Viva el rey Jehú!».
Esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por el profeta:
—El Señor lo necesita —contestaron.
A medida que avanzaba, la gente tendía sus mantos sobre el camino.
Al día siguiente, muchos de los que habían ido a la fiesta se enteraron de que Jesús se dirigía a Jerusalén.