Será como cuando Dios destruyó a Sodoma y Gomorra y a sus ciudades vecinas; nadie volverá a habitar allí, ningún ser humano vivirá en ella», afirma el Señor.
Jesús entró en el Templo y echó de allí a todos los que compraban y vendían. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas.