Por eso les digo que se valgan de las riquezas deshonestas para ganar amigos, a fin de que cuando estas se acaben haya quienes los reciban a ustedes en las viviendas eternas.
»Al atardecer, el dueño del viñedo ordenó a su capataz: “Llama a los obreros y págales su salario, comenzando por los últimos contratados hasta llegar a los primeros”.