Si echa los cimientos y no puede terminarla, todos los que la vean comenzarán a burlarse de él
»Supongamos que alguno de ustedes quiere construir una torre. ¿Acaso no se sienta primero a calcular el costo para ver si tiene suficiente dinero para terminarla?
y dirán: “Este hombre ya no pudo terminar lo que comenzó a construir”.
—Tú que destruyes el Templo y en tres días lo reconstruyes, ¡sálvate a ti mismo! Si eres el Hijo de Dios, ¡baja de la cruz!
Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo.