Pero tengo que pasar por la prueba de un bautismo y ¡cuánta angustia siento hasta que se cumpla!
Al probar Jesús el vinagre, dijo: —Todo se ha cumplido. Luego inclinó la cabeza y entregó el espíritu.
—Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra —dijo Jesús—.
Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad; tu Ley la llevo dentro de mí».
Sin embargo, después de que sus hermanos se fueron a la fiesta, fue también él, no públicamente, sino en secreto.
»Y ahora tengan en cuenta que voy a Jerusalén obligado por el Espíritu, sin saber lo que allí me espera.
—¡Vuelve esa espada a su funda! —ordenó Jesús a Pedro—. ¿Acaso no he de beber el trago amargo que el Padre me da a beber?
Cuando confesaban sus pecados, él los bautizaba en el río Jordán.
»He venido a traer fuego a la tierra y ¡cómo quisiera que ya estuviera ardiendo!