»¡Ay de ustedes, fariseos!, que se mueren por los primeros asientos en las sinagogas y los saludos en las plazas.
—Cuídense de los maestros de la Ley. Les gusta pasearse con ropas ostentosas y les encanta que los saluden en las plazas, ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los lugares de honor en los banquetes.
Escribí algunas líneas a la iglesia, pero Diótrefes, a quien le encanta ser el primero entre ellos, no nos acepta.
No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos.
Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente.
Tras el orgullo viene la destrucción; tras la altanería, el fracaso.
»¿Con qué puedo comparar a esta generación? Se parece a los niños sentados en la plaza que gritan a los demás: